"Sí es posible vivir del arte en Ecuador, pero hay que organizarse muy bien"

Quito, 17 de agosto de 2016
Nota de Prensa No. 040

Conversamos con Raúl Molina, baterista de varias agrupaciones de la escena ecuatoriana, sobre su trayectoria, sus pasiones y aspiraciones, y la situación actual de la música independiente en Ecuador.
Su pasión por la música despertó cuando era un niño. Su padre es melómano, y fue uno de los primeros que trajo música del exterior a Guayaquil, su ciudad natal. A los 9 años Raúl empezó a tocar con su tío, y a los 14 ingresó en la escuela Preludio, del prestigioso saxofonista Lucho Silva. Tocó con él, Héctor Napolitano y Beatriz Gil, y de ellos adquirió valiosas lecciones para su carrera musical, aprendizajes que a día de hoy sigue poniendo en práctica, nos cuenta.
Raúl Molina forma parte de varias agrupaciones: Jazz The Roots, Wañukta Tonic, Guanaco y Paola Navarrete, tocando varios palos que van desde el jazz al indie, pasando por la música nacional, el reggae y el hip hop. «Los cuatro proyectos tienen buena proyección, cada uno en su respectivo género y con su gente. Se tiene una variedad gigante y cada uno está despuntando en lo suyo», nos comenta. Además, el joven baterista guayaquileño participa en otros proyectos musicales como Microcuentos, con Steven Dagenais y Mauro Samaniego, y también encuentra tiempo para cultivar su afición por la poesía. La poesía le enamoró desde la adolescencia, leyéndola y luego escribiéndola: «primero románticamente, y a medida que uno crece, las temáticas y las situaciones van cambiando».
Le encanta la música negra, y el jazz es el género que más le apasiona. Decidió concienzudamente centrarse en este género a los 16 años. Desde el 2011, con su banda Jazz The Roots hace música instrumental, conjugando el jazz con el reggae. Entre la agrupación existe una excelente química: «la banda tienen una magia linda. Cada uno trae sus temas y al momento de tocarlos parece que una sola cabeza los compusiera». Sus músicos tienen vínculos muy grandes, de hecho vivieron juntos una temporada, compartiendo casa y vivencias, lo que bien explica su fórmula perfecta: «Al escuchar el disco todo suena uniformemente a pesar de que tiene cinco compositores diferentes. Es una cosa extraña, no es muy común en las bandas. No existe un líder, todos somos líderes.»
En cuanto a la difusión de las obras, considera que pese que ha cambiado el modo en que se difunde y escucha música, principalmente a través de plataformas digitales, tener un disco es primordial. Su lema es «siempre llevar un arte que la gente pueda recordar». En el primer disco de Jazz The Roots el concepto que se manejó es que todo puede pasar. La portada del álbum fue pensada para que la gente la pueda pintar.

Jazz The Roots

Foto de Ricardo Centeno, tomada en el Verano de las Artes de Quito (VAQ), 2016.

Pese a que la escena independiente ha crecido mucho, realmente no la están pasando tan bien como parece, nos dice Raúl. «Esta es la generación que está sufriendo el cambio. La generación posterior es la que disfrutará de todos los logros». Hay cambios, las bandas se están uniendo, «hay que crecer. El problema es que cada uno crece por su lado y no hay un crecimiento conjunto, lo que hace que la escena no sea unificada y no se busque lo que la escena realmente necesita».
Para Raúl es posible vivir del arte en Ecuador, pero hay que organizarse muy bien. Desde los 18 años transita este camino que no es fácil, «uno tiene que sufrir para poder vivir de la música. Todo lo que entra es para vivir. Obviamente, no vives cómodo, vives con las justas», pero lo importante, nos dice con una sonrisa abierta «existe esa felicidad de estar haciendo lo que tú amas».

Este mes de agosto, Jazz The Roots está de gira por Chile: cinco fechas en Santiago y una en Concepción. El próximo año, Raúl planea estudiar una maestría y cumplir su sueño de vivir por un tiempo en el extranjero. Luego aspira a volver a Guayaquil  para contribuir a potenciar la escena porteña. Quisiera apoyar a nuevos talentos en el despegue de sus carreras. Los ojos de Raúl Molina brillan durante toda la conversación, hablando de música. La música le mueve, es su pasión, y lo tiene muy claro, quiere seguir tocando hasta que el cuerpo aguante.

#MúsicaEcuador | #EscenaIndependienteEC

 Enlaces relacionados | Conversamos con:

 
 


 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir al contenido