El desafío del cine ecuatoriano es ganar espectadores

Las cifras confirman que la producción audiovisual cinematográfica en el país tuvo un crecimiento exponencial en los últimos años.

Según datos del Consejo Nacional de Cine (CNCINE), Ecuador pasó de producir una película por año, antes de 2007, a estrenar 16 filmes en 2014, muchos de ellas reconocidos en festivales internacionales.

Así lo explica Santiago Cevallos, director nacional de Derecho de Autor del Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI), quien preside además el CNCine.

“Hay cifras que son reveladoras: hoy en Ecuador producimos casi una película mensual, cuando antes se estrenaba una cinta nacional cada tres o cuatro años. En décadas pasadas la producción cinematográfica era esporádica”.

Cevallos afirma que este crecimiento se dio gracias a apoyos estatales que fomentan el desarrollo de la industria audiovisual y la apertura de espacios alternativos de exhibición que incluyen a la Casa de la Cultura y la sala Ocho y Medio.

“Pesaron las políticas públicas emitidas desde el Estado a través del Consejo Nacional de Cine y el Ministerio de Cultura, desde donde se fomenta el desarrollo del audiovisual. También se abrieron espacios de distribución en varias plataformas como soportes físicos, salas alternativas, cines itinerantes y un gran canal de difusión como es el internet”, menciona el funcionario.

Desde el lado de la producción, María Eugenia Báez, coordinadora de los premios Colibrí a los audiovisuales nacionales, opina que en el Ecuador no existe aún una industria audiovisual consolidada.

No obstante, acota que se están dando pasos en ese sentido y señala que para afianzar la producción se requiere también apoyo privado, que hasta ahora ha sido esquivo.

“Para que exista una industria se necesita no solo el apoyo estatal, sino también de la empresa privada, pero el aporte es muy pequeño. Pienso que existe un desconocimiento del sector privado de las lógicas del cine nacional y las oportunidades de negocios que genera”.

A esto se agrega un punto clave para consolidar la producción cinematográfica en Ecuador: la formación de públicos. Cevallos reconoce la necesidad de generar lineamientos estatales sobre este tema.

El presidente del CNCine argumenta que es necesario que “de parte del Estado se impulse la formación de públicos, promoviendo un ambiente en el cual las películas nacionales tengan las mismas posibilidades de promoción y difusión que las cintas que vienen del extranjero”.

En este aspecto coincide María Eugenia Báez, quien apunta que se requiere de la igualdad de oportunidades entre la producción nacional y el cine de Hollywood.

Pero además hace una autocrítica al señalar que los realizadores ecuatorianos deben pensar también en el entretenimiento para equilibrar la oferta hacia el público.

“Tiene que haber películas ecuatorianas para divertirse y comer canguil y también debe existir cine de autor, con historias íntimas y conflictos fuertes. El problema es nos estamos olvidando del cine comercial, y no podemos cerrarnos a él, pues competimos con una industria enorme que es Hollywood”.

Con este panorama, a la fecunda producción cinematográfica ecuatoriana, que en 2014 tuvo 84 mil espectadores de un universo de 8 millones, aún le queda un desafío: sintonizar con el espectador y llevarlo a las salas.


 

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