Quito, 08 de mayo  de 2017

Boletín No. 019

Con la implementación del Código Ingenios se emprenderá un proceso para acercar la propiedad intelectual a la ciudadanía, permitiendo que todos los ciudadanos puedan hacer uso de sus beneficios.

Actualmente, el mundo ha visto inmerso en un cambio, invenciones como: la ingeniería genética, el desarrollo del Internet e inteligencia artificial, se convierten en señales de que aún hay mucho que investigar y descubrir. Por mucho años la palabra patente era relacionada con la prohibición, por ello Ecuador se ha propuesto romper este enunciado que solo limita la creatividad de los innovadores nacionales. Así, el 9 de diciembre de 2016 entró en vigencia el Código Orgánico de la Economía Social del Conocimiento, la Creatividad y la Innovación (Código Ingenios) precisamente para impulsar la cultura del conocimiento y, en ese sentido, plantea temas de suma importancia para la investigación e innovación.

Una de las propuestas de INGENIOS es la transferencia de tecnología, misma que hace referencia al uso de la información de patentes a nivel mundial. Así, se propone el uso de información que pueda ser usada en futuras investigaciones, y hasta innovaciones.   En este sentido, el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI) inició un proceso con seis universidades nacionales para promover la trasferencia de tecnología mediante la creación de los Centros de Apoyo a la Tecnología y la Innovación (C.A.T.I). El IEPI y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) capacitarán a los especialistas en el manejo del software, criterios básicos de propiedad intelectual, transferencia tecnológica y licenciamiento.
En ese sentido, se busca generar y potenciar el verdadero fin a la patentes, como una herramienta de investigación, ya que conceder una patente es descubrir la información proveniente de la invención. Debido a que el acceso y difusión de información es indispensable para la creación de nuevos productos y nuevas ideas. Resulta fundamental romper con la premisa de que “es ilegal  investigar, estudiar, reproducir, habilitar o cuestionar la patente de un tercero”. De hecho, la transferencia de tecnología procura contribuir a la disminución de la brecha educativa y así lograr que el conocimiento vaya de la mano de los ecuatorianos.

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